Aquí no hay quien viva

El vecindario siempre nos trae de cabeza. Las comunidades de vecinos son, en muchas ocasiones, focos de conflicto. Las conversaciones de ascensor, los chascarrillos de escalera o esas tensiones producidas por la convivencia que sirven de inspiración para películas y series de televisión…Hablamos en BE DELIBERTY sobre como evitar las guerras de portal instalando buzones inteligentes.

Como Carmen Maura entrando en la fiesta organizada por sus vecinos en La Comunidad, de Alex de la Iglesia, la llegada a un vecindario siempre está rodeada de comentarios y chascarillos. “La vecina” está arraigada en el imaginario colectivo, a través de la imagen de esa vecina cotilla que se asoma entre los visillos o aquellas señoras con bolsas de plástico en la cabeza que se tiraban toda clase de objetos.

Las interminables reuniones de comunidad y las discusiones de portal, en las que se ponen sobre la mesa las rencillas de toda la vida y explotan esas desavenencias de la escalera, nos son familiares a todos. Incluso quienes viven en barriadas a las afueras, en pueblos o en viviendas unifamiliares tienen también estas pequeñas guerras del día a día con el vecindario.

 

Las comunidades verticales suelen tener mayor número de problemas de convivencia. La naturaleza diversa de las comunidades, que especialmente en determinadas zonas, fomenta los conflictos. Cuanto mayor sea la homogeneidad de la comunidad (renta, hábitos, formas de vida) menores serán las problemáticas.

Ciudad y conflicto. Escenarios para la mejora convivencial en el área metropolitana de Barcelona –premio ADR y de Mediación del Departament de Justícia–, es un texto que reflexiona acerca de que que el nivel de tolerancia ante los conflictos en las zonas residenciales homogéneas como los barrios es muy alto.

Estos son algunos de los asuntos que más quebraderos de cabeza generan en el vecindario:

La limpieza

Los problemas vinculados con la higiene son directamente proporcionales a la dimensión de la comunidad. La probabilidad de que existan personas poco cívicas aumenta cuando más vecinos haya. Papeles, pintadas, huellas o todo tipo de cosas inimaginables se dan en los bloques de pisos.

Usos de las zonas comunes

Una comunidad convencional tiene poco espacios comunes, pero cada vez más las comunidades disponen de pequeñas áreas ajardinadas o incluso piscina. Las normas y el respeto por estas zonas constituyen una fuente inagotable de altercados. El uso de estos espacios fuera del horario, el desgaste de las instalaciones o directamente el vandalismo, ocupan gran parte de las batallas vecinales sobre todo lo que sea espacio compartido.

Cargos de la comunidad

 

Los personajes de ficción que han ilustrado los problemas generados por los cargos de la comunidad nos son muy familiares. Todos y todas recordamos a Juan Cuesta. La ocupación de los cargos de la comunidad y las rencillas que pueden surgir de su reparto no suelen ser menores, sobre todo cuando hay decisiones importantes que tomar en cuanto a intervenciones, obras, reformas o mediación de conflictos.

Ruido

Seguramente este sea el gran tema que remueve la comunidad. Aunque sea de forma esporádica, oír a los vecinos no suele gustarnos. Ese vecino que toca el acordeón, la familia que acostumbra a poner la secadora a las dos de la mañana, esos estudiantes del quinto que montan fiestas todas las semanas o los niños corriendo por la casa a la hora de la siesta. La interpretación de lo que es el umbral del ruido y el límite que cada uno tiene sobre qué molesto o no siempre es central en las problemáticas de un vecindario. Algunos expertos recomienda el uso de auriculares para escuchar música, tener un medidor de decibelios en casa o avisar a los vecinos si vamos a hacer algo excepcional en casa.

Mantenimientos

Uno de los temas de debate en las juntas es el mantemiento de los espacios, los suministros y las derramas. La urgencia de algunos temas o el sobrecoste de los mismo levanta ampollas. Especialmente cuando hay que hacer cortes o parte de los vecinos se ven más afectados que otros.

Morosidad e impagos

En todas las comunidades de propietarios hay quien se retrasa en los pagos de las cuotas, o tiene por norma no hacerse cargo de las derramas. Hay situaciones relacionadas con la desprotección social, asuntos puntuales y otras que acaban en los juzgados generando mucha incomodidad.

Seguridad

Cualquier cuestión de violencia, agresión o robo genera un revuelto importante en una comunidad. A veces tiene que ver con la entrada de intrusos o por situaciones de tensión interna entre vecinos o vecinas. También cualquier asunto relacionado con el incumplimiento de las normas de convivencia, alternados en los que a veces tienen que intervenir las autoridades.

Problemas con los taquilleros inteligentes

 

Recurrir a la vecina cuando el cartero tenía que dejarnos un paquete y no estábamos en casa siempre ha sido una fuente de conflictos. Pero con el auge del comercio online el reparto de última milla se ha convertido en una fuente inagotable de problemas en las comunidades. Algunas empresas han agravado aún más estos conflictos con soluciones que pueden ser muy atractivas en un primer momento pero resultan poco eficientes.

La instalación de taquilleros colectivos está, según los gestores de comunidades, generando verdaderos cuellos de botella para las empresas de reparto y trasladando a los propietarios la presión de lidiar con las empresas de ecommerce. Los taquilleros colectivos, que inicialmente proponían una solución gratuita, les está saliendo muy caro a los vecinos ante la imposibilidad de resolver la gestión del día a día. Estos taquilleros no disponen de un mecanismo de gestión de espacios y supone un sobre coste para las empresas de logística, por lo que muchos operadores se están negando a entregar en ellos

¿Cómo solucionar problemas con los vecinos?

 

La solución a todos los problemas es el diálogo. Así lo dicen los expertos y los profesionales de la gestión comunitaria. Tener mucha paciencia y hacer grandes ejercicios de empatía y compresión sobre las problemáticas de cada conviviente.

 

El autocontrol y la capacidad de gestionar las cosas con un poco de margen de tiempo para calmar los conflictos es también muy importante. No actuar en caliente e intentar llegar a soluciones de consenso. En muchas ocasiones nosotros mismos podemos ser involuntariamente los causantes de esos conflictos, por una obra en casa, una cena que se alarga hasta altas horas o un despiste. Lo mejor es siempre advertir y pedir disculpas.

 

Hay que evitar siempre llegar hasta las reuniones colectivas de junta o incluso instancias superiores, procurar resolver las cosas con una conversación amistosa. También existen mediadores o incluso coberturas de seguro que permiten que algunas cuestiones se conviertan en un problema menor.

 

En el caso de lo relativo a los conflictos surgidos por el reparto, la recomendación de BE DELIBERTY es no instalar un taquillero colectivo. DELIBERTY tiene en su catálogo diferentes adaptaciones al caso colectivo y tras un profundo análisis hemos decidido no ofrecer a nuestros clientes este tipo de solución para el caso de las comunidades verticales.

 

Los taquilleros colectivos, que puede ser interesantes para determinados escenarios, no son una buena idea para las comunidades de vecinos por los conflictos que pueden generar. Lo que resuelve de forma directa y sencilla la recepción de paquetería es la sustitución de los buzones tradicionales individuales por buzones inteligentes que reciban paquetes. Esta solución, que genera que cada propietario es responsable de su buzón, es la más óptima para evitar que nuestra comunidad se convierta en un capítulo de “aquí no hay quien viva”.

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